Como hacerle el amor a un Piscis

Con los Piscis tendrás, que utilizar todas tus habilidades para seducirlos. Los Piscis viven en otro mundo. Para ellos el sexo sin sentimientos no se entiende. Necesitan sentir el amor para entregarse.

Los pertenecientes al signo son del tipo emocional. El sexo es mejor en un contexto de amor e intimidad. Para conectar con ellos deberás tener siempre en mente, que los amantes Piscis en realidad buscan un alma compañera y amiga.

Para complacer a un amante Piscis tendrás que pasar algún tiempo en el reino de la fantasía. Sueña conjuntamente con él o ella y te recompensará con amor puro y un sexo muy especial.

Pero paradójicamente de cara al sexo como pareja te obligará a ser práctico /a. Aunque los Piscis querrían retenerte en el mundo de sus sueños y de la fantasía, deberás ayudarles a trasladar su energía para que pongan los pies de suelo. De lo contrario, flotaréis los dos fuera de la realidad, y la vida en el mundo real acabará por pasar factura.

el gusta el contacto visual, los preliminares, las caricias, que le den placer, le gusta hacerlo en una silla, en la cama, le gusta estar ella encima. Necesita crear un ambiente de velas e incienso, para entrar en calor.

Para Iniciar:

Si usted se le va a entregar a un Piscis, en la intimidad debe saber que es un signo sumamente sensual, místico y muy complaciente. Le gusta que lo mimen y lo apapachen, lo que más lo excita es lo erótico que puede ver y oír, eso lo pone fuera de control, así que, si usted desea comenzar bien con él, simplemente siéntelo en la orilla de la cama y hágale un Strep Tease, suave y melódicamente baile frente a él y váyase desnudando procurando demorar más el momento de quitarse el brasier y el calzón.

El Toque Mágico:

Recuéstelo en la cama y vaya desnudándolo lentamente, procurando acercarle lo más que pueda sus pechos o su vulva al rostro, pero sin llegar a tocarlo, luego, cuando ya lo tenga desnudo, con sus pezones recorra todo el cuerpo de él, comenzando por la frente de su rostro y llegando hasta uno de sus pies, después ascienda por el otro pie, al llegar a la frente, inicie el viaje de regreso, pero ahora con la punta de su lengua. Es importante que en ningún momento toque su pene, ni con la lengua, ni con su busto. Le aseguro que para cuando usted vuelva a llegar a la frente de él con la punta de su lengua, él estará al borde de la eyaculación. Un tercer viaje por el cuerpo de su amante será con la punta de sus uñas.

Frio, Caliente:

Ahora sujete el miembro de él con la mano y cláveselo en la boca, chúpelo unas cuatro veces y luego sepárese de él viéndolo, ahora sople suavemente sobre la cabeza del tolete la cual debe estar empapada de su saliva, cuando vea que la ha secado con su soplido vuelva a metérsela a la boca y chúpela con todo su placer, repita el tratamiento del soplido. Es vital que no suelte el miembro, en todo momento debe sujetarlo con su mano y sentir sus pulsaciones. Después de que haya hecho el tratamiento del soplido unas seis veces, comience a masturbarlo con ritmo y firmeza, deténgase de pronto y ahora exhale su aliento cálido sobre la cabeza del pene. Haga esto varias veces.

La de la Invitación:

Sepárese de él y tiéndase en la cama de espaldas, pídale que se coloque frente a usted de rodillas, pero sin tocarla. Usted comience a masturbarse con las piernas levantadas y bien abiertas en V, luego sujéteselas por la parte posterior de las rodillas y jálelas hacia su pecho invitándolo a que la posea, mientras él inicia el movimiento de entrar y salir en su vagina, usted mesase empujando su cabeza hacia sus rodillas y balanceándose sobre su espalda la cual hará la forma de una mecedora. Le garantizo resultados sorprendentes para ambos. Él debe permanecer derecho sobre sus rodillas, ya que si se recuesta al frente le impedirá mecerse. Cuando vea que él se encuentra más que entusiasmado, ya casi al borde de la eyaculación, coloque sus piernas sobre sus hombros y empuje con ellas hacia delante, haciendo que él se recargue con sus manos en la espalda, ahora realice un movimiento tallador, frotando sus sexos y dejando que él contemple como se aman estos.