Como hacerle el amor a una Acuario

La mujer Acuario es inconformista e independiente, ya que es partidaria de las relaciones fundamentadas en la libertad, sin compromisos sentimentales, por lo que aprecia más la vida comunitaria que la conyugal. La sexualidad no es más que un aspecto de la existencia, por lo que el hombre ha de entender cuando ella se muestra ausente en la intimidad sexual.

La mujer Acuario no se obsesiona por la voluptuosidad y el erotismo, aunque sí pueden despertar su curiosidad. Rara vez pide más de lo que se le da, por lo que obtiene una dichosa armonía en la relación sexual.

Cuando se enamora, se refugia en su yo más íntimo para tomarse el tiempo que le permita analizar esos nuevos sentimientos. La amistad es tan vital como la respiración para ella, que confía sinceramente en el hombre que ama si es un amigo leal, verdadero y noble, lo que la anima a ser además la compañera sexual y romántica más ardiente.

La mujer Acuario está tan enamorada de la vida que no entrega todas las ilusiones en un solo milagro porque piensa que la amistad ocupa el primer escalón del podio, el amor está en el segundo y el sexo (a pesar de su naturaleza placentera, la cual no hay que exagerar) en el tercer peldaño.

La actitud de Acuario en relación con la intimidad sexual es tranquila y sosegada, en busca de la concordancia perfectamente armónica entre corazones y cuerpos. Solo cuando la amistad haya quedado comprobada, la atención hacia la intimidad física, ya que se siente dichosa para brindar y recibir satisfacción sexual cuando está con un amante en el que pueda confiar completamente.

A menudo el instinto sexual de la mujer Acuario se desarrolla lentamente, si bien cabe decir que no es así siempre, dado que en la mujer de Acuario destaca su feminidad.

Para Desquiciarla:

Dado que a la Acuariana le gusta sorprenderse, usted puede comenzar proponiéndole un juego divertido y excitante. Véndense los ojos y desnúdense mutuamente, tratando de acariciarse lo más que puedan, al mismo tiempo que se besan y chupan lo que puedan. Después uno debe acostarse en la cama y el otro hacerle caricias que el primero no espere. Puede ser con la boca las manos o lo que se les ocurra, todo está permitido y será excitante, sobre todo si se alternan para aplicar las caricias.

La de Espaldas Planas:

Cuando ella menos se lo espere, usted quítese la venda de los ojos, siéntese en la cama con las piernas bien abiertas teniéndola a ella en medio, sujétela por los muslos, ábrale las piernas y jálela hacia arriba en el movimiento las nalgas de ella rozarán su miembro, su vientre y su pecho, no la detenga llévela hacia arriba hasta que su pucha quede al alcance de su boca, comience a chupar y a lamer a su entero gusto, mientras con las pantorrillas sujeta los brazos de ella para que quede de espaldas planas a la cama. Si quiere aumentar el placer en ambos, después de chupar, besar y lamer su pucha un poco en esta postura, recuéstese hacia atrás y siga mamando.

La del Hot Dog:

Ahora suéltela y déjela sobre la cama sin quitarle la venda de los ojos, móntese sobre su vientre y sujétele ambos pechos, coloque entre ellos su pene y comience el vaivén de empujar y recular, ella sentirá los piquetes sobre sus labios y deberá abrir la boca para recibir al tolete, mientras tanto con sus manos puede acariciarle las nalgas. Usted puede apretar sus pezones mientras sujeta sus pechos, puede abrirlos y cerrarlos a su antojo también el movimiento de su cadera debe ir al ritmo que usted sienta mejor y en el que más disfrute, ella estará feliz mamando su miembro y acariciando sus nalgas.

La Descuartizadora:

Ha llegado el momento de quitarle la venda de los ojos, usted tiéndase al lado derecho de ella que continua boca arriba, pídale que levante sus piernas y usted procure colocar su cadera bajo sus nalgas, ella tiene las piernas al aire y juntas, penétrela así y comience el movimiento, ella puede ayudarse con sus manos sujetando sus rodillas las que también puede doblar un poco. Después de agitarse un buen rato, ábrale las piernas y sujete la pierna izquierda entre sus muslos y la otra jálela hacía su pecho. Mientras se mueve, pídale que ella se acaricie la vulva con ambas manos y procure verla, le aseguro que esa experiencia no la olvidara nunca.