Como hacerle el amor a un Leo

Cautivar a un hombre Leo no va a ser sencillo por ser una persona muy dominante. Debemos saber cómo amoldarnos y amoldarlo a nosotras, para que poco a poco vaya confiando y conseguir ser imprescindibles en su vida.

La clave para enamorar a un hombre Leo es hacerle creer que domina la situación y la relación. Tienen la necesidad de tener el control de todo siendo el líder, y el terreno amoroso no es una excepción.

Tienes que crear de una relación toda una aventura. Es importante para él tener siempre algo nuevo que hacer junto a su pareja. Les encanta compartir sus aficiones, pues en la mayoría de ocasiones sus propios proyectos no les dejan demasiado tiempo libre. Por tanto, para comenzar una relación con un hombre Leo puedes plantearle algún plan divertido o que no se espere, seguro que le pica la curiosidad y acepta.

Siguiendo la línea de los dos puntos anteriores, un plan perfecto que puedes proponer a el hombre Leo es llevarlo a lugares donde se sienta poderoso. Piensa en lugares o experiencias de lujo: una habitación en un hotel de alto standing, poder conducir un coche de alta gama… Lo recordará siempre.

El hombre Leo es una persona a la que le gusta expresarse. Intenta no acaparar la conversación hablando siempre tú y deje que él te cuente lo que quiera. Le gusta ser protagonista y, por tanto, que le escuchen y ahora hay que pasar a disfrutar con él en la cama.

Para Iniciar:

Si usted se le va a entregar a un Leo, en la intimidad debe saber que Son intensos amantes y enamoran con gran facilidad a cualquier mujer por su preocupación de demostrar a su pareja que son los mejores amantes, los más apasionados. Para el León, ella no es más que un instrumento con el que poder practicar su capacidad amatoria. Busca el asombro de su pareja.

Elogiando al Gatito.

Para que su Leo se apasione en verdad, al estar en la intimidad simplemente pídale que se desnude lentamente frente a usted y mientras lo hace, elogie su cuerpo, su porte, su sexualidad, haga que él se sienta como lo más grande que hay en el mundo, no solo en lo físico sino en todos aspectos. Haga lo mismo cuando comience a acariciarlo, dígale cuanto le gusta y lo mucho que le agrada tocar sus partes intimas.

De Gatito a León Garañón:

Para convertir a su Leoncito en un verdadero León en el colchón, nada mejor que recurra al tratamiento lingual, comience por recorrer el rostro de su Leo con la punta de su lengua, es importante que inicie en la frente y continúe de manera descendente, ponga especial énfasis en sus labios, recórralos lentamente por todo el contorno y luego aplique pequeños piquetes al centro de su boca. Él debe estar de pie al igual que usted para que a medida que la vea descender por su cuello, tetillas, vientre y pene, sienta esa grandeza de “rey” que los Leos tanto ponderan por todas partes.

Aumentando “Las Posibilidades”.

Siendo el Leo egocéntrico por naturaleza, usted puede hacer que su virilidad aumente de tamaño, si no físicamente, si de manera mental. Cuando usted haya besado su vientre y sus muslos, sujete con ambas manos su pene y comience a chuparlo de esa manera, sin soltarlo, eso hará que él sienta que posee un miembro más grande de lo que en realidad sea, y si su longitud es mayor que la de sus manos, mayor será la sensación que él experimente. Mientras usted succiona la cabeza o lo que alcance del miembro, mueva sus manos agitando el pene y observe sus reacciones para evitar causarle una eyaculación anticipada.

Invitando al León:

Cuando ya lo tenga en el punto exacto de la excitación, colóquese en cuatro patas en el suelo, levantando bien la grupa y con sus manos sujete sus propias nalgas para abrirlas a lo que más pueda, invitando abiertamente a su León a poseerla en ese mismo instante. Le aseguro que él no tardará mucho en lanzarse sobre usted y la ensartará de una potente embestida.

El Sonido del “Silencio de La Selva”:

Al tiempo que él se agita sobre su espalda, usted mueva su cadera de manera concéntrica al tiempo que emite pequeños gruñiditos, sí, leyó bien, gruñiditos en lugar de los clásicos gemidos propios de la acción. Sin dejar de lanzar esos gruiñiditos elogie su manera de hacerle el amor, alabe su potencia y su virilidad, incítelo a que continúe adelante. Eso enardecerá por completo al León y atacara con mayor potencia

El León Vencedor:

De pronto cambie su actitud y dejándose caer sobre uno de sus costados, sin romper el contacto de sus sexos. Él debe permanecer de rodillas y usted acostada sobre su costado. Para que la relación sea más plena, la pierna del lado del costado sobre el que se haya recostado debe ir entre los muslos de su Leo, y la otra pierna levantada sobre el hombro del macho. De esta manera él podrá acariciarle el busto, las nalgas y la pucha al tiempo que sigue con sus movimientos de cadera. Usted también puede acariciarle los testículos y el vientre.

Ronroneos de Pasión.

Y finalmente termine de darse la vuelta quedando tendida de espaldas con sus piernas sobre los hombros de su Leo sus manos se pueden sujetar mutuamente y con ellas hacer palanca para jalar y moverse a placer, ahora el Leoncito puede acariciarle las nalgas y los pechos, además de ver la expresión de su rostro. Ahora es cuando usted debe saber controlar sus gestos, sus gruñidos deben ir acompañados de gesticulaciones que le permitan a él ver todo lo que la hace gozar.